Recorrido por Cabrera y Río San Juan (Parte 1 de 2).

Quienes quieran disfrutar de nuestra costa atlántica, tanto Cabrera como Río San Juan tienen muchísimo que ofrecer. Decidimos explorar la zona durante un fin de semana completo, y a decir verdad, nos faltó un día más (nunca es suficiente).

Elegimos como base hospedarnos en un proyecto muy interesante, llamado Vista Linda, en Río San Juan. Las habitaciones son tiendas de campaña con cómodas camas y baño completo, agua caliente y disponen de internet. Quienes disfrutan de la piscina, en el centro del proyecto pueden darse un rico baño. Este hotel está ubicado perfectamente para utilizarlo como base para conocer los alrededores. ¡Hay mucho que ver!

En la mañana siguiente nuestra primera parada fue Laguna Dudú, ubicada en Cabrera. El horario de funcionamiento es de 9:00am - 6:00pm, con un costo de entrada de RD$150.00. Las lagunas de agua color turquesa dejan fechado a cualquiera que la visite. Y si te entras, no vas a querer salir, aun sintiendo que el agua es bien fría. Quienes disfrutan del snorkeling, pueden apreciar la laguna debajo del agua. Incluso, es un lugar con una particularidad, ya que de forma subterránea buceando puedes pasar de una laguna a otra (para esto debes presentar certificación de una escuela de buceo). Y para quienes les gusta la adrenalina, puedes ponerla al máximo lanzándote desde un zipline de 10 metros de altura, a un costo de RD$25.00 por cada vez que te lances.

Laguna Dudú también ofrece un atractivo que es una joya: La Cueva Taína. Sumergirte aquí es viajar a otra dimensión. Puedes ver los rayos del sol proyectándose debajo del agua, ver peces y hasta pequeños camarones. A la Laguna Dudú se puede ir a pasar el día completo, incluso almorzar. Los niños pueden disfrutar del área infantil y los columpios, en fin, actividades para todos los gustos.

Más tarde en el día nos fuimos a una de las playas más hermosas de la costa norte; Playa Diamante. Es sin duda una de las mejores para quienes viajan con niños, ya que no tiene olas y de profundidad es bien bajita por aproximadamente 100 metros. Uno de los atractivos es que hay un barco muy viejo parcialmente hundido, dándole a la playa un toque particular. En esta playa puedes aprovechar y tener un almuerzo de pescados y mariscos bien frescos. Nosotros comimos del Restaurante La Querida, justo a orilla de la playa.

Al finalizar el día, aprovechamos para hacer una pequeña caminata por Cabo Francés Viejo. Para llegar hasta ahí, hay que bajar por unas extensas escalinatas, pero seguras y amplias. Los niños disfrutaron las vistas hasta más no poder. Luego subimos las escalinatas para llegar hasta donde se encuentran las ruinas de un viejo faro, desde donde se aprecia toda la costa desde lo alto.

Desde Cabo Francés Viejo pudimos contemplar un atardecer muy bonito. El sonido de las olas nos acompañaban durante la caminata, que vale decir que no es larga; quizás unos 15 minutos desde donde dejamos el vehículo.

Después de un largo día de aventura, ya era hora de descansar. En ese momento recordamos una frase que nos encanta: "Explotados, pero felices".

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