Poco antes del amanecer, nuestra estadía en Samaná nos llevó a conocer un lugar que nunca planificamos: una clínica del pueblo. Uno de los pequeños antes del amanecer sintió un dolor de barriga, pero lo mejor es que no fue nada serio. Los exámenes médicos indicaron que todo estaba bien, y al poco rato y un buen desayuno, el dolor desapareció. Al parecer estaba hambriento, y necesitaba más nutrientes para reponer todas las energías de estos días que han sido muy intensos de tanta diversión.
La ruta del día nos llevó hasta un destino nuevo para todos: Miches. Hacía mucho tiempo que no veíamos una playa repleta de pequeños cangrejitos, por todos lados. Eso nos dio mucha satisfacción, porque era una señal de un lugar virgen todavía, y que la explotación turística no es muy fuerte todavía, o se está explotando pero con mucha conciencia.
Kilómetros y kilómetros de playa. La temperatura del agua más rica no podía estar. Por momentos se sentía como si tuviera un calentador encendido. Bañarnos en la playa hasta caer la noche fue super divertido para todos y a la vez muy reconfortante. Ya llevábamos unos días fuera de casa, y el cansancio ya se sentía en el cuerpo.
La casa donde nos hospedamos era muy acogedora, y pudimos disfrutar de una cena super rica, preparada por unas personas con las manos bendecidas. Todo lo que cocinaron era riquísimo. Esa noche fueron unas carnes a la parrilla.
RUTA | LUGARES VISITADOS |
Samaná - Miches | Playa Arriba (Miches). |
ALMUERZOS | ALOJAMIENTO |
Desayuno: Incluido en el hotel (Samaná). | Residencia privada en Playa Arriba (Miches). |